El público que acudió a su cita con el teatro en la noche de ayer tuvo la oportunidad de disfrutar con la que algunos tildan de la más excelente de las tragedias griegas, Antígona.
En este caso, versionada y dirigida por José Manuel Mudarra, se nos presentaba una propuesta escénica desde el dinamismo y el trabajo físico creativo de los actores. El movimiento expresivo, el símbolo y la metáfora del movimiento estuvieron presentes en cada uno de los momentos de la casi hora y media de representación sobre el escenario. Si se unen al texto clásico de Sófocles fragmentos de Heiner Müller, autor cuya dramaturgia ha sido denominada Teatro Contra la Barbarie, nos podemos encontrar con esta Antígona del siglo XXI. El continuo movimiento, la impecable puesta en escena, el dominio de la voz y el contínuo ir y venir de personajes sobre el escenario, mantuvieron al público en la tensión de cada una de las escenas. Como anécdota que resaltar, al salir todos los actores y actrices al final a saludar, más de uno entre el público comentó: ¿y el resto..., no sale? ... Es la magia del teatro. Sobresaliente.
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